Evaluación Inicial: Observe el comportamiento de Kofi y sus interacciones con los tutores. Identifique los desencadenantes de su ansiedad, así como los hábitos incorrectos derivados de sus experiencias pasadas.
Creación de un Entorno Seguro: Enseñe a los tutores como establecer un entorno predecible y libre de estrés para Kofi, donde pudiera sentirse seguro. Esto incluyo crear rutinas claras y un espacio tranquilo en el hogar donde pudiera relajarse sin distracciones. 
Entrenamiento Positivo: Implemente un plan de trabajo centrado en el refuerzo positivo, utilizando recompensas como golosinas, juegos y palabras de animo para promover conductas deseadas, en lugar de recurrir al castigo.
Desensibilización y Contracondicionamiento: Trabajé con Kofi para desensibilizarlo a los estímulos que desencadenaban su ansiedad. Esto implicó exponerlo gradualmente a estas situaciones mientras se le proporcionaban experiencias positivas.
Reconstrucción de la Relación con los Tutores : Ayudé a los tutores de Kofi a reconstruir su relación con él mediante actividades de vinculación y juegos interactivos. Les enseñé a comunicarse de manera efectiva con Kofi, utilizando señales claras y consistentes evitando cualquier tipo de aversión.
Educación Integral para los Tutores: Proporcioné a los tutores una guía exhaustiva sobre cómo manejar situaciones difíciles y continuar reforzando el entrenamiento positivo en casa. Además, me mantuve disponible para brindar apoyo continuo y responder a cualquier pregunta o inquietud.
Con este enfoque respetuoso y comprensivo, Kofi experimentó una transformación notable. Su ansiedad disminuyó significativamente y sus comportamientos problemáticos, como las mordidas leves, desaparecieron. Sus tutores, ahora mejor equipados y educados, lograron construir una relación basada en la confianza y el respeto mutuo.
El caso de Kofi demuestra que, incluso después de experiencias traumáticas, un perro puede superar sus miedos y ansiedades con las técnicas adecuadas. Abandonar el castigo y adoptar métodos basados en el respeto y el refuerzo positivo no solo es más ético, sino que también conduce a resultados duraderos y una vida más feliz para el perro y su familia.

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